viernes, 7 de marzo de 2008

Colombia

(El Padre)

El capitán y la tripulación toman la dedición de embarcar a Colombia en total secreto para que los familiares en Chile no se preocuparan. Logramos embarcar a Cartagena Colombia en un barco de carga general y la tropa se embarcó en avión para hacer todos los trámites de aduana con anticipación.
El cuartel general se trasladó a un departamento amoblado a todo lujo con vista al mar y la playa a media cuadra, Cartagena es muy turístico y con la mejor playa que nos hemos bañado, las colombianas para qué decir.
Recuperamos nuestra nave después de un día completo de papeleos y emprendimos el ataque contra el narcotráfico y el terrorismo a las cuatro de la tarde. Al poco andar nos encontramos con el país más lindo que hemos conocido, con una seguridad que estaba resguardada por puestos militares y policiales por todas partes. Hacer este viaje sin pasar por Colombia es perderse la mitad del viaje, la gente es muy atenta y se ve que ha sufrido mucho estos últimos años. Conversamos con campesinos que contaban cómo los terroristas les mataron sus animales por no tener cómo pagarles lo que les pedían. Otros que habían perdido familiares en los ataques que estos hacían en las noches.
Hoy los terroristas y los narcos están totalmente acorralados en las fronteras y no tienen ninguna organización.
Colombia hay que visitarlo de todas maneras. Aunque tiene muy mala reputación todo se olvida cuando uno está en el país y se da cuenta de la realidad que se está viviendo y lo que se vivió.
La tropa hizo algunos amigos en Cali que se describirán próximamente con sus notables enseñanzas.

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